miércoles, 10 de octubre de 2018

ENTREVISTA A LA POETA ROSA ESTER RODRIGUEZ CANTERO (BUENOS AIRES)

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https://www.youtube.com/watch?v=HQV6w4e6Yjg&t=254s


POETAS ARGENTINOS: ENTREVISTA CLAUDIA AINCHIL. PRODUCCIÓN CAMILA SUNICO. OPERACIÓN TÉCNICA: BCNRADIO. LOS MARTES DE 20 A 21 HS. POR LA RADIO DE LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE LA NACIÓN http://bcnradio.com.ar/

ROSA ESTER RODRIGUEZ CANTERO (BUENOS AIRES)


El amor en tiempos del Pami

El bastón y la renguera
no serán impedimentos
pa’ tener sexo violento
con algún viejo atrevido
que tenga por bien vivido
lo que lo ha dejau contento.

Es cierto que con los años
las cosas se hacen más lentas
pero si alguien me calienta
al Katresutra recurro
y entre besos y susurros
la libido se fermenta.

El hombre se priende al viagra
la mujer, al lubricante
para llegar al instante
del orgasmo placentero
y allí comienzan los “pero”
que agobian a los amantes.

Ya desnudos y en la cama
nos besamos flaccideces
como tantas otras veces
pasados de calentura
acomodamos posturas
y el gran impulso aparece.

Ya está todo preparado
-no somos tan exigentes-
estoy estrenando dientes
una prótesis divina
(con ella muerdo en esquina)
para evitar accidentes.

Siento el temblor de su boca
acercarse a lo profundo
tenemos breves segundos
para dar justo en la nota
así que beso su chota
para evadirme del mundo.

Entonces, la puta madre
mis dientes plastificados
se sueltan desaforados
y en esa pija blandengue
para armar flor de cachengue
quedan apenas colgados.

Mi amigo no entiende nada
mira mis labios hundidos
un desgarrador quejido
anuncia el triste final
todo termina muy mal
y yo sin haber cogido.


Cosas de viejos

¿Qué pasa con la diabetes
la artrosis y la presión?
¿Qué pasa si el corazón
resigna algunos compases?
Aunque hoy la pena rebase
tendremos otra ocasión.

Somos en este momento
y lo que cada uno quiera
aquí traigo, en bandolera
cruzada una fantasía
y te ofrezco mi energía
para perseguir quimeras.

¿Sabés qué? No somos bolsas
de vísceras y de quejas
somos vivencias complejas
 somos dos libros de cuentos
 y al final, el argumento
nos convierte en moralejas.

No quisiera ser tu noche
con las manos indecisas
prefiero besar sin prisas
 adorarte sin motivos.
Sería significativo
 encontrarnos en la risa.

Vos y yo, somos hermosos
tiernos, perfectos, vibrantes
y tenemos por delante
el tiempo de lo posible.
Si el amor está visible
 no habrá catre que se aguante.

Soy la vieja 
que pasea de la paja
al mal humor
no me mates
de abstinencia
mátame haciendo 
el amor.


Sobre el desamor

He cruzado largamente
la curva de los setenta
y no voy a hacer la cuenta
pero me causa estupor
la línea del desamor
tan larga como una afrenta.

Aunque no tiene que ver
esto con el almanaque
tampoco con los achaques.
Quien resigna la ternura
siente que el alma se apura
por poner al sexo en jaque.

Es un tema complicado
que viene siempre a debate
tomando un vino o un mate
aburrimos a las horas.
¿Somos todas Gatas Flora?
¿Son boludos de remate?

El sexo está sometido
al síndrome de la histeria
que circula en las arterias
y nos priva de garchar.
No podemos remontar
la abstinencia y sus miserias.

Hoy se mezquina el abrazo
no se chapa en las esquinas
el deseo se escatima
en pos de una asepsia enferma.
Para que nadie se duerma
vengo a clavar una espina.

Cuando nos queda tan poco
piolín en el carretel
el tiempo es la excusa cruel
que sofoca las pasiones
y elude las emociones
que se arriman en tropel.

Y en eso estamos errados.
No se debe renunciar
al gran impulso de dar.
Cuando nos punza el deseo
no hay viejo, gordo ni feo.

Coger también es amar.
Y ya que hablamos de dones
no olvidemos la delicia
de prodigar las caricias
que el otro cuerpo reclama.
El éxtasis en la cama
desde las manos se inicia.

Tocarnos, reconocernos
descubrirnos sin tapujos
sucumbir ante el embrujo
de un cuerpo sexagenario
que, sin hacerse el otario
convierte al sexo en un lujo.

Y la palabra, y el beso
y el suspiro entrecortado
la lengua y su desenfado
todo suma en la partida.
Para suavizar heridas
quedate un rato a mi lado.

No seamos desamorados
descreyentes, descogidos
sin juramentos ni olvidos
hagamos del sexo un arte
que coger en cualquier parte
nos tenemos merecido.

Hoy soy, como dice el tango
descolao mueble viejo
pero no busco un pendejo
que al Kamasutra avergüence
quiero un tipo que la piense
y al que no asuste el espejo.

El sexo debe ser libre
sin promesas de mañana
no abramos nuevas ventanas
no rompamos el hechizo.
Invitame al paraíso
          que yo muerdo la manzana.

 33 Coger hasta las últimas consecuencias
Hay parejas de mi edad
que no cogen
“somos viejos”
dicen
“no estamos motivados
se nos pasó el tiempo”
y eso me revienta
entonces
te digo
con tanta injusticia
rondando en las calles
con tanta desgracia
golpeando a las puertas
con tanta impotencia
en el día a día
no sería importante
amarse en abrazos
inventarse en juegos
recrear caricias
entregarlo todo
y tomarlo todo
y beberse mucho
y seguir jugando
hablarse en secreto
y ver la belleza
de la piel querida
que tiene setenta
ochenta
o cien años
no importa
probá con un fósforo
encendé el deseo
avivá la vida
sentí las arrugas
tan apasionadas
vibrando por sexo.
¿Qué vas a llevarte
el auto, la casa?
¿Quién va a sostenerte
en los últimos pasos?
No nos queda tiempo
de andar estreñidos
inventando excusas
mirá
la mortaja se caga de risa
ya tiene tu nombre
ya tiene mi nombre
¿vamos a dejarla ganar la partida
o vamos a robarle
el tiempo posible
para muchos buenos
y dichosos polvos?
No sé vos
pero yo tengo pensado
no volver a ponerme
          jamás una bombacha.

 Beatitus
Hay algunas religiones
que me quieren redemir
pa’ que no vuelva a escrebir
en medio de mis miserias
payadas tan poco serias
que condenen mi esistir.

Siento tanto haber caído
en esta procacidá
que en un gesto de humildá
para no meter la pata
prometo lengua beata
desde aquí a la eternidá.

Cambiaré radicalmente
el tono de mi oratoria
será una jaculatoria
mi puesía permanente
seré triste y penitente
para así cambiar la historia.

Y ahora espero que ninguno
se haya tragado este cuento
es la verga mi alimento
y no puedo ser beata
porque me meo en las patas
y me quedo sin aliento

cuando un gaucho bien pulento
y de bulto prominente
se me aparece de frente
cual promesa de partuza
mil ideas se me cruzan.
          Soy una vieja caliente.

           

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