martes, 26 de septiembre de 2017

ENTREVISTA AL POETA GABRIEL JIMÉNEZ (MENDOZA)

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https://www.youtube.com/watch?v=IxlPqKEPPuo

                                           Ph: Juli Tornello

POETAS ARGENTINOS: ENTREVISTA CLAUDIA AINCHIL. PRODUCCIÓN CAMILA SUNICO. OPERACIÓN TÉCNICA: BCNRADIO. LOS MARTES DE 20 A 21 HS. POR LA RADIO DE LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE LA NACION http://bcnradio.com.ar/

    GABRIEL JIMÉNEZ (MENDOZA)

Procedimiento San Felipe

Sin holas, ni buenos días
el guardia revisa los bolsos
vacía los bolsillos
rompe los paquetes
y desnuda a la madre
dentro de un sucucho
llamado conserjería.

El bebé espera sobre el mostrador
que a él también 
lo den vuelta
buscándole cosas
que todavía no conoce.

Llora,
ante el rústico ajó ajó
que le hacen dos guardias,
ante el manoseo 
sobre la madre,
ante la reja
que lo separa del padre.

Llora,
y los guardias juegan
con el celular
con el arma
con la madre
con el niño
y seguramente
también ya han jugado con el padre.

El niño llora,
es parte del procedimiento natural
llorar ante la brutalidad,
o quizás
ni se plantea nada de esto
y simplemente llora
porque siente
que está cagado.

V

Todos se acomodan
con la movida:

los políticos hacen campaña
los funcionarios escalan puestos
los penitenciarios consiguen aumentos
los sindicalistas logran mejoras
los medios venden noticias
y los fachos, leyes más duras

a todos les sirve
la movida
menos a esos
que siguen ahí, 
en el mismo lugar
pero más condenados.

Hijo de Petri 

No quiero saber
cómo serán las reglas en casa
pero se me hace
que debe ser re complicado
pedir permiso para salir a jugar,
y si te mandás una cagada
te deben fajar de lo lindo
a la primera de cambio
sin lugar
a segundas oportunidades.

Y a los 14 o 15
si por esas cosas
te agarra la rebeldía
y te afiliás al P.O.
que no se entere tu papá
porque seguro no salís
ni con la condicional.

Ya cuando seas más grande
y quieras salir a bailar
no sé cómo vas a hacer
para conseguir  autorización
para esa 
salida transitoria.

Y si sos mina
más te vale 
que no te hagan un pibe
porque directamente
no salen más 
ni vos ni el guacho,
antes
hay que confirmar si el padre
es bien derecho (o Cassi-a -lgo-así).

Pero si a pesar de todo crecés 
y te hacés grande
y te recibís
y te casás
y se te da por la política
esperamos
que no seas 
tan hijo de Petri
para meter leyes 
tan fachas.

Country Club

Los vecinos de la Sexta 
ostentan castillos inviolables,
residencias modernas y seguras
de muros cada vez más altos,
los grandes caserones 
compiten por ser 
los más vigilados 
de la Boulogne Sur Mer:

alambre perimetral,
cámaras de seguridad,
perros entrenados,
alarmas fuertes,
dueños armados,
policías frecuentes,
seguridad privada.

Se busca amedrentar  
a delincuentes
y afines,

así es el barrio
de la Casita de Piedra, 

una tentación 
de la que no se puede escapar.

Silencio

Cansada de reclamos 
escritos,
amparos,
y demás recursos
que la burocracia judicial
inventa
para no escuchar,

M.
cerró su boca
con aguja e hilo.

Con esa huelga de silencio
gritó por sus hijos
cosiendo la distancia
con lo único 
que le quedaba
a mano
para conseguir una audiencia
o darles un beso.

Casa embrujada

Caserón triste y arrumbado
donde el tiempo 
es palabra, oración y súplica,
habitante de todo el lugar;
la espera, 
es idioma y maldición 
común de todos 
los que en callan ahí.

La casa más vieja de todas 
supo ser 
burdel, convento y cárcel,
ahora descansa 
al pie de una loma;
una capilla abandonada 
corona la cima 
como un vigía sin ojos.

Algunas noches 
una monja muerta
pasea por los pasillos
buscando su vieja celda,
una a una
toca las rejas 
e incendia con terror
al fantasma que habite 
la cama donde ella
también fue abandonada
como una puta
o una maldición.

Visita <3 

La visita se respeta,
no todo se ve. 
Una frazada en el piso
hace de mesa y sillas.
Acá, la cosa es en el baño
               y no hay puerta,
la gorra deja
aunque verduguea.
Las doñitas
no la bardean 
como las pibas.
Algunas se separan 
pero vuelven,
se acostumbran,
y si nadie vuelve
caen viejos 
con mansas naik
para alguna guachi 
que quiera ligar,

después, 
algunas las descansan, pero  

a veces hace falta 
que alguien
te venga a segundear.

La plantita

Como si algo 
pudiera crecer a la sombra
o con más llanto que agua,

una semilla 
sale de ese prensado 
tan
inmigrante
paraguayo
ilegal,

y cabe en la mano
de alguien 
tan 
inmigrante
paraguaya
ilegal

como la esperanza
en ese mismo lugar.

Kilómetros 
separan  su tierra 
de esta,
ahora pisa una 
tan ajena y seca,
casi una pitada
de paso.

Una botella de coca
incuba la vida
en el plástico
mientras un brote asoma
y regala una sonrisa a cuenta
de lo que venga.

Buitres

La mirada ciega
de un ave
que mastica carroña,
descansa tras los lentes
por el viaje.

Las plumas grises
no vuelan
y hay que manejar 
todo el día
sin destino.

El ave rapaz
conduce la jaula
y encadena otro pájaro
hasta que 
poco a poco 
se le apagan 
los ojos.

Las garras de hierro
llevan la presa
de un sistema corrupto
que mastica 
cabezas sin nombre
y a veces
sale a pasearlas
mientras 
hace la digestión.

Anexo I: 
Ley
La ejecución de la pena privativa de la libertad, en todas sus modalidades se encuentra dirigida al fortalecimiento de la dignidad humana y el estímulo de actitudes solidarias, a partir de la satisfacción de sus necesidades y del desarrollo de sus potencialidades individuales y tiene por finalidad lograr que el condenado adquiera la capacidad de comprender y respetar la ley, como así también comprenda la gravedad de sus actos y de la sanción impuesta, procurando su adecuada reinserción social, promoviendo la comprensión y el apoyo de la sociedad.

Código de ejecución de la pena privativa de la libertad de la provincia de Mendoza. Ley nº 8.465, Artículo 2º.

Hermenéutica de la vida cotidiana 

Abrir la puerta 
y encontrar una paloma muerta,
pensar 
si eligió venir a morir acá, 
creer 
que me la tiraron como advertencia, 
o simplemente 
sospechar  
que la muerte 
aletea indistinta.


miércoles, 13 de septiembre de 2017

ENTREVISTA AL POETA RUBÉN AMAYA (TUCUMÁN)

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https://www.youtube.com/watch?v=1FvuU_D_du0


POETAS ARGENTINOS: ENTREVISTA CLAUDIA AINCHIL. PRODUCCIÓN CAMILA SUNICO. OPERACIÓN TÉCNICA: BCNRADIO. LOS MARTES DE 20 A 21 HS. POR LA RADIO DE LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE LA NACION http://bcnradio.com.ar/

RUBÉN AMAYA (TUCUMÁN)  

Desocupados

¿qué vamos a hacer esta mañana
Esta semana este mes esta existencia?
¿qué vamos a hacer con estos brazos
Absurdamente mudos por la espera?

¿para qué tanto sol
Quemando este año sin destino?
Crece la ciudad en sus sonidos
Buscando inútilmente nuestros pasos

¿cuántas noches de impotencia
Tendremos que pagar
Por tanto olvido
¿cuántas veces tendremos que morir
Desheredados del trigo y el martillo?

Alguien trazó un margen un vacío
De oficio sin sombras ni señales

Finalmente, la militancia es una ternura

Finalmente, la militancia es una ternura.
a pesar de los dolores que conlleva.
Es que el dolor de la militancia
repercute en los huesos de la historia.
Y produce (además de alergia),
fuertes dolores de cabeza a los poderosos.
Por eso el mal humor de los fascistas,
frente a la permanente alegría de un militante.
A un militante no le suele doler la cabeza,
porque generalmente es ahí
donde apunta y dispara el enemigo.
Además, el mejor remedio
para el dolor de cabeza de un militante,
es el futuro.

Sin trabajo (Canción)

Hoy anduve todo el día,
Todo el día y sin trabajo.
Todo el día calle arriba,
y mis brazos esperando

Con el rumbo lastimado,
voy enfrentando al andar,
un largo camino estéril,
sin mañana y sin trabajo

El buscar se hace cansancio,
de triste estrella gastada,
de gaviota cris de cielo,
despojada de sus alas.

Porque en casa está esperando
la ternura postergada,
que floreció en estas manos
de fabricar esperanzas.

Y esta noche cuando vuelva
de la impotencia hacia adentro,
de atravesar el espanto
de un país como mis pasos.

Cuando emerja del naufragio,
soledad de soledades,
cuando rostros malheridos
acompasemos el paso.

Cuando acabe la paciencia,
que tiemblen los mercaderes,
porque estas manos vacías
de herramienta y de trabaio,

Empuñarán las guitarras,
como un faro en la pobreza,
para abrir el palomar
y organizar la tristeza.

Desatarnos el silencio
en un camino coral,
para acabar con el tiempo
de mañanas sin trabajo.

Los genocidas

¿Saldrán por las mañanas a saludar al sol?
¿Andarán por estas calles,
respirando la mañana,
con el mismo fervor con que nosotros
respiramos la libertad?
¿O permanecerán
encerrados en sus cubiles,
acechando, imaginando el momento
de volver a ensuciar el país,
con sus instintos criminales?
¿Reunirán la mesa familiar,
para contar sus hazañas?
¿Soportarán sus ojos,
testigos insobornables
de las miserias de su vida?
¿Tendrán el valor de Sócrates,
de beber la cicuta?
¿O cobardes, como siempre,
tomarán cada noche,
una botella de whisky,
para no soñar con ellos mismos? 

jueves, 7 de septiembre de 2017

ENTREVISTA AL POETA DANIEL CALABRESE (BUENOS AIRES / CHILE)

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https://www.youtube.com/watch?v=KuZyDWzj4wQ


POETAS ARGENTINOS: ENTREVISTA CLAUDIA AINCHIL. PRODUCCIÓN CAMILA SUNICO. OPERACIÓN TÉCNICA: BCNRADIO. LOS MARTES DE 20 A 21 HS. POR LA RADIO DE LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE LA NACION http://bcnradio.com.ar/

DANIEL CALABRESE (BUENOS AIRES / CHILE)

LAS DIFERENCIAS ENTRE MI PADRE Y KEROUAC

Mi padre nació un año después,
muy lejos, casi a la orilla de esta ruta.

Kerouac no tuvo, a su vez, un padre
nacido en altamar, como mi abuelo.

Y para qué iba a escribir poesía, mi padre.
En cambio Kerouac, entre católico y budista,
excedía todas las fronteras.

Papá tenía una bicicleta roja: eso es viajar.

Uf, ambos detestaron el comunismo.

Creo que si un cruce misterioso
los hubiese reunido en la mesa de algún bar
se habrían reído mucho.

Pero mi padre, que era peronista,
se emborrachó una sola vez
en toda su vida.

CERCA DEL PUERTO

Pasan los camiones.
Se llega a mezclar el humo del gasoil quemado
con la llovizna fresca de la costa.

No hay poemas perfectos
como el sol, como la sombra.

Y menos que hablen de lugares
cercanos a este puerto donde hace frío,
donde se apilan contenedores blindados
para la gente inestable y para las ratas.

Pasan las dos mitades de un perro.
La primera lleva una cabeza normal, asustada,
la otra se disipa entre la niebla y la sarna.
En la estación lo bañaron con parafina,
seguro que fue el tuerto que limpia los vidrios,
quizás le regaló un pedazo de pan
y le ordenó: ¡basta de morderte!

Que no se turbe el sueño de Pound.
Si los clásicos ya tuvieron épocas
de mayor circulación en América,
al menos aquí, cerca del puerto,
entre la maquinaria envenenada
por la mierda de las gaviotas
(donde pasan las mitades de un perro
esquivando esos camiones de carga),
ya nadie hace las cosas perfectas
como el sol, como la sombra.

CALLE UNO, FIAT LUX

Callejón Fontana.
Arriba dice «tus sueños»
(debajo de «frágil»)
y una mujer pequeña está mirando
las hojas caídas de un sauce, arremolinadas,
bailando para ella.

Tanto trabaja el amor que algunas veces
da en el blanco, piensa.
Lleva un atado de clavelinas,
apenas se mueve y la vida la roza.

Otros murieron, ella no.
Todavía no.

Algunos agitan la vida como si pasara un tren.
Para esos fue necesaria más muerte
que la de costumbre.

Para otros, en cambio,
basta con una muerte fina, tenue,
apenas más intensa que el olvido.

Más arriba dice fiat lux.
La mujer pequeña mira su mano izquierda,
deja el ramo, levanta la vista,
controla el reloj del panteón
y se aleja mirándose los pies
hacia la reja de salida.

MÉTODO PARA CALCULAR EL TIEMPO

Los que viven a este lado de la ruta
saben de compensaciones:
cada vez que alguien pasa rumbo al Sur
anotan la hora exacta
y dejan caer una piedra en el vacío del ser.

Quienes viven del otro lado
conocen la polaridad:
cada vez que alguien pasa en sentido contrario,
de regreso,
anotan lo mismo,
pero sacan una piedra del vacío del ser.

Así unos llenan su vacío
y otros lo despejan.

Cada cierto tiempo,
los que han llenado su vacío
cruzan por el puente viejo (que era nuevo)
y esperan con paciencia
a que pasen los regresadores del Sur,
uno tras otro,
hasta que el vacío es total.

CEDA EL PASO

Hay que tener cuidado con las señales.
Este es un pueblo chico y siempre
ocurren algunas historias sencillas.

No falta el que bebe, como cree
que bebería Dylan Thomas si viviera,
y luego llega a su casa a medianoche
con los zapatos raspados, apuntando
una llave temblorosa con la mano.

Va dejando así una marca de luz
que permanece hasta que la borran
los faros de un automóvil
o simplemente se diluye en la humedad.

No falta el que bebe y después dice
que leyó completo En busca del tiempo perdido,
sí, completo, las siete novelas,
y que lloró al amanecer
frente a un mapa de Londres.

Tengan cuidado,
en la ruta de la entrada
suele cruzarse a veces un caballo,
algún rencor,
un árbol perdido.

Esto no es más que un pueblo chico,
aburrido y violento.