sábado, 4 de agosto de 2018

ENTREVISTA A LA POETA LILIANA CAMPAZZO (BUENOS AIRES / RÍO NEGRO)

ESCUCHA EL AUDIO:
https://www.youtube.com/watch?v=iC77ymMuvFo


POETAS ARGENTINOS: ENTREVISTA CLAUDIA AINCHIL. PRODUCCIÓN CAMILA SUNICO. OPERACIÓN TÉCNICA: BCNRADIO. LOS MARTES DE 20 A 21 HS. POR LA RADIO DE LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE LA NACION http://bcnradio.com.ar/

LILIANA CAMPAZZO (BUENOS AIRES /  RÍO NEGRO)
I
La casa brilla de ausencias,  no suena ni voz ni ruido
menuda pena arrastra la escoba cuando de limpiar se trata
nada hay en tu sitio
desanda soledad la bruma de unos ojos en la ventana
en pasado cada verbo desde hoy
una mujer cerca de la montaña tentará las manos en el piano
otra observará un péndulo de acero
en el otro barrio, marcela se fuma infinitas marihuanas
otra deshoja una tarde en libretas de almacén
ludmila acarrea voces en una caja tecnológica
 la rubia fuma en la ruta 23
 todas escriben
 yo
 paso la escoba.

VI

Escritos en el vidrio los nombres
de todas las mujeres de esta casa
de los lugares donde ellas fueron
de los hombres que las amaron
de los hijos que no tuvieron
                                      en los vidrios
                                      para siempre
la escritura en el agua
la escritura
el pezón
la escoba
escritos en el vidrio
                                       todos los adioses
escritos para siempre.

X

Deshabito mi casa.
Incendio mis papeles.
No puedo aceptar edificios sin ventanas
ladrillos como signos de pregunta
destruyendo paredes últimas
destruyendo
acallando escritos en los vidrios
               hay color de vinagre donde se cierra el cielo.

XIV

Ahora la frialdad de este invierno desciende
Llega hasta la planta misma de mi corazón de escribir
Nada me ampara
ni las manos de las otras hermanas
 sirven para tapar el frío
ellas las que escriben en papel con tinta negra
 no pueden ayudarme
acá en este sur de mi
 cuido que nadie lave mis ventanas.

VIII              

Por eso escribo en las ventanas
Para que nada dure
Para que nada

IV

El juego lo había inventado en la infancia
primero eran ojitos que miraban después besos
apoyar la cara sobre el vidrio helado sigue siendo hoy un placer doloroso
igual al de sentir la mano fría de un hombre por la espalda.
Después empecé a escribir en letras góticas mi nombre
dibujaba al lado una flor de lis
no quedaba ventana en los pasillos en los que no apareciera
la huella de mi dedo flaco
la monja protestaba
rezaba rosarios para perdonar los vidrios escritos
rezaba rosarios para borrar lo escrito
rezaba rosarios
aprendí la brevedad de una palabra en el apuro
no ser vista era importante
igual que hoy
no ser vista
seguir el juego
nada de papeles ni tinta negra
no ser vista.

IX
Unos treinta kilómetros
fueron la distancia
que puse para ser otra.
El mar a mis espaldas
en la silla mi blusa
libros en el suelo
algunos huecos en la biblioteca
pequeños espacios de tiempo
que cuelgan del aire
en el temblar de la cortina.
A través de mi ventana veo la ruta
esa posibilidad de escape
donde las vidas transcurren a ciento veinte
y la tristeza no se ve
voy al trazo
mi dedo flaco
esboza apenas un círculo en mi pecho
el latido del pezón
la urgencia del poema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario