viernes, 6 de septiembre de 2019

ENTREVISTA A LA POETA LUCIANA ANDREA MELLADO (BS AS / CHUBUT)

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https://www.youtube.com/watch?v=4y39UAZRm9w&t=509s



POETAS ARGENTINOS - ENTREVISTA: CLAUDIA AINCHIL. PRODUCCIÓN CAMILA SUNICO. OPERACIÓN TÉCNICA: BCN RADIO. LOS MIÉRCOLES DE 20 A 21 HS. POR LA RADIO DE LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE LA NACIÓN
http://bcnradio.com.ar/

LUCIANA ANDREA MELLADO (BS AS / CHUBUT)

Sangre

La niña sangra y en hembra la transforman
y el juego se suspende sin pausa y sin aviso.
Despiertan sed sus nuevas humedades
y la arena es barro en sus manos aún torpes.

Los perros domésticos hociquean su sexo
intolerantes al disimulo de una sangre
que cambiará de color en cada parto.

Los ojos de la niña se espesaron
ya no ve ramos de transparencias en el aire. 


De Las niñas del espejo. Buenos Aires. Botella al Mar, 2006.
3
VII

¿Ve aquel mundo de al lado
que huele a tomillo y laurel?

Lo ve. Mírelo.

Usted también.

¿Ve a la mujer de trenza larga
como hondura de cielo?

¿La ve?

Está sentada en un banquito
torciéndose las manos
con lanas y con hilos.

¿Y a la mujer callada
que curte cueros
para hacer quillangos?

¿La ve?

De zorro son, sí,
y de caracul.

¿Y a la niña muerta
con ojos de eclipse?

¿La ve?

Es tan bella y pequeña
como una mariposa azul.

¿Y aquella calle que atraviesa
la puerta, la ve?

Por esa calle se fue mi hija,
la mayor.                                                       


XIII

La vida trastumbada la suspiro entre palomas
que florecen en la infancia
cuando el palomar era en el patio
sobre el galpón de chapa
un agujero y un hombre
que no vuelve todavía
de la muerte.

Después
la hospitalidad me abrió las piernas
y dejé pasar a peregrinos,
viajeros, indigentes y fugados
que dejaron la puerta de mi casa
llena de cadáveres.

De Aquí no vive nadie. Buenos Aires: El Suri Porfiado, 2010.

II

Los piratas son niños
que huyen de las sombras
cuando el silencio seca
los resguardos
del agua.

A veces los espanta
un pájaro pequeño,
el aire que le aúlla
a ciertas superficies.

La marea en sus ojos
no se repite nunca
aunque insista en lo oscuro
el humo de la noche.

Brotan de la memoria
del naufragio
como la hierba débil 
que crece
en los incendios.
 
De El agua que tiembla. Buenos Aires. Del Dock, 2012.


lengua afuera de la perra adentro

tu aliento, creación de madera 
busca pocos alimentos

esa trampa nunca te hará libre
por más que insistas en belleza

tu hambre viene de lejos
de otro frío
de otra noche

¿podrías jurar que sentís tristeza?
¿alegría?

ahora mismo podés ser la perra afuera
no metafóricamente
la perra afuera

el universo te cabe en una mano
plegado como un origami puede pasar
debajo de todas las puertas

¿estás triste todavía?
¿estás adolorida?

son los ovarios
la sangre que hablan
pero no duelen los ovarios
dicen
y si no duelen
no existen

podés ser la perra ahora mismo 
afuera

escuchar el frío podés
escuchar los ojos que miran con otra lengua
otras leyes y sanciones

¿Kafka se lavaría las manos
con jabón blanco?

la higiene es importante

pero el goce no aprecia la limpieza
y sus fríos

la limpieza amansa el cuerpo real
porque le teme

hay que lavar las impudicias
la sangre que no se note
la sangre que no se note

y esos perros olfateando
la entrepierna
siempre
animales

la sangre se escapa porque la perra
es cachorra todavía
no la necesita

la perra está adentro

con un cuerpo dicho
desmejorado
sangra

el juego de la belleza
no tiene apuro

una palabra para decir quiénes somos
no es posible
porque una lengua no se tiene
porque un cuerpo no se tiene

lo que se tiene son cosas
y solo las cosas pueden ser dichas 

la sangre es un aliento rojo
que está afuera y adentro
y no sabe
no espera
no explica
no necesita nada
no está pensando en el cumpleaños de su madre
doliéndose los ovarios

esto es una silla
esto es una letra
esto es un suspiro entre tanta asfixia
legislativa y policial

serás feliz
serás algo
serás alguien
serás normal
serás mujer
bandera

serás el patio de un colegio

y amarilleando crece en la memoria
la noche orinada en un ladrillo
por qué mamá mis riñones no andan
tu padre
el cuerpo de tu padre y de sus padres 
y sus padres y padres
vienen con mal riñón

vengo de ese riñón y el tiempo sigue picoteando

tengo miedo mamá
el ladrillo está caliente
y la noche fría

afuera la perra que soy está callada
y adentro
ladra
ladra
ladra

El hueco en el que todo cae

No me preguntes el nombre de los días
no lo recuerdo
no puedo recordarlo.

La poeta como carpintera o suicida
guarda herramientas
para una misma falta.

¿Quién descansa en tu boca?

¿En el plato vacío de tu boca?

Hay niños escritos en todos tus labios,
necesidades, juegos y tus ojos,
el hueco en el que todo cae.

La radio suena y los vecinos hablan
en voz alta de pronto.

Suben la música, una melodía
zumbadora traspasa la pared
que nos separa.

Es inevitable escuchar.

Tu oído no se apaga nunca.

Tu oído es el arma que gatilla
hacia adentro.


De Animales pequeños. Buenos Aires: La Carta de Oliver, 2014.



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