domingo, 3 de junio de 2018

ENTREVISTA A LA POETA PATRICIA CORRALES (ENTRE RÍOS)

ESCUCHA EL AUDIO:
https://www.youtube.com/watch?v=sMwBQyH-GWU&feature=youtu.be


POETAS ARGENTINOS: ENTREVISTA CLAUDIA AINCHIL. PRODUCCIÓN CAMILA SUNICO. OPERACIÓN TÉCNICA: BCNRADIO. LOS MARTES DE 20 A 21 HS. POR LA RADIO DE LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE LA NACION http://bcnradio.com.ar/


Escrito sobre arpillera
                               (Homenaje a Violeta Parra)


Soy música y poesía,
Violeta que perfuma el aire nevado
traspasando los límites de mi género,
un territorio trazado de pequeños pespuntes
y el olor que llevo de mi madre enraizado en su recuerdo.
Cuarenta y nueve lunas me vieron errante y certera,
me fui muniendo de notas en la brevedad nocturna
sin ser fugaz
mientras el vaivén del mar profundo
comenzó a despertar en mí, melancolía cotidiana.
Dejé que el amor se impusiera, amé,
amé hasta perseguir destinos de otros,
penas cavaron hondo un sino de mal presagio
y no importaron las luces ni los aplausos.
Me heredó mi pueblo transandino, algún payador errante
y en el silencio, una carpa que posee mis fantasmas.
Soy Violeta, la que sigue con su guitarra a cuestas 
luchando contra el imperio entre su ejército de viento aborigen
y pinturas al pie de la monarquía

LXV

Del atardecer,
el vagabundo sólo quiere el intrépido sonido del ave.

No hay un techo que abrace su pena errante
ni manos tibias esperando.
Todo se lo ha llevado el tiempo de aguaceros.
Vaga su bolso vacío de palabras zurcidas, manojo de duelo constante.
Debió ser el perro de su infancia
o grillos nocturnos en la ronda
o la novia escolar con moño gigante
o tal vez
sólo
tal vez
un destino fugaz

LXIII

Leve el mar
La sal
La marea
Sonríe tu tristeza
Sol temprano
Sobre el descanso
Nadie conoce el desamparo
Nadie recoge tus hilachas
Nada sobre la mesa después de la estampida
Un hombre, dueño de tanta miseria
Un hombre hecho de piedra
Un depredador del amor
La marea escogida
La sal ahonda el dolor de tu carne herida
Leve el mar para tu peso

XLIX
Los genios están condenados
la muerte se anticipa a la hora desprovista de abrazos
Los fantasmas esperan en la muerte,
¿Qué esperan? Ese último halo de luz para subir acompañados.

Un chasquido es la muerte en la hora inesperada,
XLIII
¿Adonde irán esos pájaros sedientos, adonde sus sueños, sus cantos matinales?
Quiero asirme de sus patas sin que me observen y elevarme lejos de este caótico mundo que se avecina.
Nadie me espera, nadie sabe mi dolor.
Todos corren intentando ganarle al tiempo su velocidad y van dejando tendales de corazones rotos y es que nos hemos corrompido, hemos renunciado a mirarnos en el otro.

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