jueves, 6 de junio de 2019

ENTREVISTA AL POETA EDUARDO MONTE JOPIA (CABA)

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https://www.youtube.com/watch?v=7seam50m6Kg&feature=youtu.be


POETAS ARGENTINOS: ENTREVISTA CLAUDIA AINCHIL. PRODUCCIÓN CAMILA SUNICO. OPERACIÓN TÉCNICA: BCNRADIO. LOS MARTES DE 20 A 21 HS. POR LA RADIO DE LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE LA NACIÓN http://bcnradio.com.ar/

EDUARDO MONTE JOPIA (CABA)

ESTRELLA DEL NORTE
Los viajeros tenían su estrella del sur.
Yo tengo mi estrella del Norte
que marca el camino a seguir
el largo camino de la vida,
que es muy corta
y a veces perdemos
el rumbo a seguir.

ESTRELLA DEL NORTE
En la fría playa
donde el rocio de las olas
pegaban nuestro rostro
mirábamos el eterno
oscuro mar 
sin que la plata
lo pudieron hacer brillar
nos dijimos todo
no nos dijimos nada
las manos entrelazadas
las miradas perdidas
en el iracundo
océano de agosto
solos en la fría madruga
 hasta que el sol saliera
solo nos miramos
y no nos dijimos
hasta pronto.

CAMINO AL ENCUENTRO
Sol  final del invierno
que pegaría
en nuestros cuerpos tibios 
que no llevarían a mirarnos
en un momento
terminaríamos en la estación 
de los sueños imposibles
que se hacen realidad
camino en el césped de
color olor a recién cortado.
Mi cuerpo y el del otro
rueda hasta sentir 
el frío cemento de la verdad
el viaje inimaginable
la cuna del che
los tareferos camino
al jornal de los gringos
 en una ciudad con larga ruta
calles y números
indescifrables para un citadino
crespúsculos de lo nuevo
sensación de sentir y sentirlo
los unos y los otros
cubrieron la mañana para volver a partir 
en la tarde calurosa del alto paranaense.

PARA VOLVERTE A VER
En la ciudad de cemento
donde las luces brillaron
solo para que vos seas la reina
donde los súbitos
miraban a su alteza.
El fiel escudero
lleva en su blasones
la marca de ser poseído
por la estrella del norte
ésa que con su sonrisa
lo podía enviar
al infierno tan temido 
por el que era el olvido
al que el escudero
siempre sufría en silencio
mientras ella lo miraba
con esa pasión 
que da  la intimidad de un cuartel
para dos que se aman 
y se vuelven amar.
Nuevamente partió
y su estela fugaz
dejaría lo que comenzó
para estar otra vez en el limbo
de  un tiempo que se agota y
que retoma al volver. 

EL CAMINO
Las letras se pierden
en busca de las palabras.
Las frases hacen oraciones
completando estrofas
para hacer estos versos
que se convierten 
en Poema.

REFLEJOS
Suspiro sensación de 
cuerpos que palpitan
Miradas en el confín 
De un lugar pequeño.
Él o ella
necesitan de cada
parte o vuelo 
para planearse 
en ese instante
que cada uno tiene 
y que el otro
da por aquel
que siente y hace 
sentir en la intimidad
donde la sal del otro
es la sal de undosa y
en donde se confirma
que ellos son 
un solo universo 
en un mundo
que empieza y terminan
cada perímetro de sus
cuerpos envueltos 
en sábanas de raso azules.

EL LLAMADO

El atardecer oscurecía la tarde
el sol se ocultaba en el horizonte
del río que corría su curso normal
los pájaros dejaron de trinar.

El silencio era eterno 
de los días perdidos
si conectarte con el mundo 
y el caminar seria interrumpido.

Con el sonar silencioso 
del odiado aparato
que comunica con el prójimo
aquel que llama para lo triste.

Intenté vanamente en no atender
pero el llamante insistió y volvió 
a vibrar para después volver a sonar
silenciosamente en mi mano.

Hasta que su insistencia hizo
perder mi tranquila tarde
de pueblo perdido en ruta 12
el páramo dejo de ser el paraíso.

El llamado atendido era sin duda
una mala noticia, aquellas
que hacen volver a la realidad
de la Ciudad de la Cemento.

EL VIAJE 

Uno siempre lleva en su mente
las cosas de la infancia
los recuerdo buenos y malos
 como la canción que  nos decía:

El viajar es un placer 
que nos suele suceder 
en el auto de papa 
nos iremos a pasear.

Recuerdo al Pipo  de los setenta
aquel que cantaba tan cercano al pueblo
el que soñaba con las utopías
de la libertades que serían interrumpidas.

Pero el viaje no era un placer
era el regreso al lugar
que me vió alegremente irme
para volver sin el auto de papá.

Larga ruta doce nos abrazaba
en su camino sin dejarnos 
salir de su carril, aquel que los paisanos
llama la de la muerte,  por su angostura.

Los puentes con nombre de traidores
nos enlazan con las luces 
de la amarga ciudadela 
que nos espera en nuestro destino.



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