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POETAS ARGENTINOS: ENTREVISTA CLAUDIA AINCHIL. PRODUCCIÓN CAMILA SUNICO. OPERACIÓN TÉCNICA: BCNRADIO. LOS MARTES DE 20 A 21 HS. POR LA RADIO DE LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE LA NACION http://bcnradio.com.ar/
SYLVIA CIRILHO (BUENOS AIRES)
GAZA/ SEFARD
Quitar la vida ha sido siempre un
acto obsceno.
como parir en una mesa de hospital
lleno de gusanos
vestidos de blanco.
Escapar aullando en el silencio del
polvo
– con sésamo y menta en la lengua –
gritar
las graves puntillas del comino
las flores de cardamomo que quedaron
en nuestra cocina esperando
el Zaatar de nuestra madre.
Abrir la herida del grillo que anida
en el caldo de los viejos
ser el veneno del té a la hora de la
Luna
en mi almena sefardí, hacen cuarenta
lluvias
cae sangre.
INSOMNIO
Tanto basalto hay en tus ojos que es
imposible saber lo que miran.
Entonces ante la imposibilidad
de intuirte y al fin dormir,
decido dibujar en el techo,
el mapa de los cangrejos que
aterrizan bajo la ventana en el insomnio.
En esta Buenos Aires sumergida en que
las tenazas de la vigilia amanecen en mi cama, me ahogo y resucito una y otra
vez.
Escucho el poema sincronizando con el
arrullo de las palomas. Y entiendo que la filtración de tus ojos ahora húmedos,
está pasando del silencio a la congoja.
Pensar en vos es un esbozo a mano
alzada.
Tal vez mi palabra. La que no
escribo.
La que no pronuncio. La que te debo.
JAZMIN
Sabrás mi alma mía alma mía que
llueve
como antes sobre las paredes.
Algunos eligen azules líquidos
que vuelvan en tazas de porcelana
colorida.
Mucha alma acumulando
léxico, anagrama, melodía
papel glasé
malaquita de soberbios que
bautizan 1 mar y a 1 caracol
cuando
vos y yo vamos por la puerta
a romper cualquier caja
las claves de callar (se)
ésa polirritmia
otro pulso vivo
la verdad apretada
en el fondo del laberinto
como una bomba de aire.
MULHER
porque naciste hembra
Yo, tu madre,
enhebré un hilo de mi corazón
y te lo prendí en la oreja como tu
primer aro.
Así en la distancia
es que vas desandando el camino a la
casa
como cuando naciste,
cría de ojos muy negros;
tan negros como el carbón que
hincha
el fuego de esta espera.
1.-
Mirando el cielo yo me preguntaba
cuál sería su galaxia, cuál la estrella que explicara su lejanía y su
arrebato.
Él quería ciudades fósiles,
invertebradas para que no me duela. yo quería mundos escualos para que me
acaricie.
2.-
Una ternura inmensa, como si fuera
huérfana de la casa,
para siempre dormidos los unos de los
otros,
ansiando vernos en breves momentos de
visita de tus dedos
en las tibias hojas de los álbumes de
la aquella la tribu que fuimos.
3.-
él pasa la tarde entera multiplicando
el pan con amorosa cuestión. Yo paso la tarde entera dividiéndolo con precisión
y cuidado.
Así nos dedicamos a satisfacer en
silencioso ritual a los alfileres que van a herir a nuestro último verso.
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