viernes, 5 de julio de 2019

ENTREVISTA AL POETA LEANDRO MURCIEGO (BUENOS AIRES)

ESCUCHA EL AUDIO:
https://www.youtube.com/watch?v=Yu9hadhU2Kk&feature=youtu.be


POETAS ARGENTINOS: ENTREVISTA CLAUDIA AINCHIL. PRODUCCIÓN CAMILA SUNICO. OPERACIÓN TÉCNICA: BCN RADIO. LOS MIÉRCOLES DE 20 A 21 HS. POR LA RADIO DE LA BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE LA NACIÓN http://bcnradio.com.ar/

LEANDRO MURCIEGO (BUENOS AIRES)

Pequeño homenaje a Oliverio Girondo que con pocos versos
sembró un interminable mundo de imágenes en mi cabeza 

Reír a chaparrones,
a océanos, a ríos,
a cataratas y a desiertos,
hacerlo sólo y acompañado
con una y por todas.

Reír por todas las veces en las que lloramos
a mares, a médanos, a playas de estacionamiento;
a caracolas, a aguasvivas y a aguas-muertas…

Por todas las veces que descosidamente
lloramos a corazón partido,
a lágrima suelta a moco tendido.

Reír desde la noche hasta la aurora
y sentirte hiena por un momento y hacerlo sin culpas…

Reír hasta que se caigan los dientes,
hasta que broten las lágrimas,
hasta que los riñones digan basta,
hasta que el intestino delgado se haga grueso;
y dejar que se propague por el cuerpo.

Reír con razón y sin ella,
por causa y por efecto.

Hacerlo de pantalones cortos y al oído,
de pantalones largos y a los gritos
(o de anorac y al teléfono).

Reír en nombre del padre, del hijo,
del espíritu y del santo;
reír por todos los santos, por todos los niños,
por cada una de las vírgenes y por las putas,
(en especial por ellas) y por nosotros
(que no somos tan distintos).

Reír por los días hábiles y por los otros,
hacerlo a dos manos, a cuatro vientos,
a siete mares y dejar que nos asesine la risa,
que lo haga a quemarropa, a mansalva,
que nos ejecute fríamente...

Morir de risa y seguir riendo hasta parirnos
porque vivir no es más que eso.

(Morir y parirse riendo)

Toda inundación es una tragedia dolorosa pero no menos
complicado y triste es el día después…
(Dedicado a las víctimas de la inundación
que sufrió La Plata el 2 de abril de 2013) 

Hay que escurrir bien fuerte. Dejar caer hasta la última gota de agua
que arrasó con todo lo poco que tenían, aunque tampoco tanto.

Hay que retorcer hasta el último de los trapos con las fuerzas
que quedan, aunque no sean muchas.

Hay que estrujar –cuidadosament– el alma. Firme pero despacio,
no es cuestión de arruinar ni el más pequeño de los sueños…

Hay que ponerse al sol y dejar rezumar hasta el menor de los sufrimientos.
Para después mezclar y dar de nuevo.

(Goteando penas) 

Al igual que el poema anterior está dedicado a las víctimas
de la inundación sufrida en la ciudad de La Plata en 2013;
que se cobró según los registros oficiales 89 vidas

Volver a empezar… Hacerse fuerte
cuando ya casi no queda energía,
cuando se perdió casi todo.

Inventar una sonrisa. Volver
a construirse como se pueda...

Volver con el ánimo ajado,
con los ojos húmedos
y el dolor aún fresco.

Volver a empezar
sin dejar de ser en el intento...

(Volver a empezar)

Perder peso hasta sentirse pluma,
hasta flotar sin sacar los pies del suelo,
hasta encontrarse cayendo sin premura
en este; nuestro abismo perfecto.

Sacar el lastre, soltar amarras
y entregarse al sueño de subir,
de dos en dos, hasta alcanzar al cielo;
trepar bien alto para dejarse caer luego

Y así poder empezar todo de nuevo…

(Reencarnación)

El recuerdo es una diapositiva
que no precisa de explicaciones

La vida es movimiento,
es cambio constante.
El recuerdo es tan sólo el reflejo
eterno de un instante…

(Un alto en el tiempo)

Cada vez que amasamos un recuerdo
no hacemos más que cocinar un nuevo olvido 

Me pasaba las tardes haciendo mañanitas,
resoñando apolillados recuerdos,
tejiendo presentes casi siempre
decoloridos o teñidos de sepia.

Me pasaba las tardes amasando
budines y panes. Alimentando
la pequeña esperanza
de no perder jamás
aquel dulce perfume
que aromaba hasta el rincón
más oscuro de la vieja casa
de los abuelos.


(Guardavidas)

No llegamos tarde.
La vida nos guardó una página en blanco,
un itsmo en medio de tanto desierto.
Aún hay tiempo
para respirar profundo,
para templar el pulso,
para abrazar los recuerdos,
empuñar un arma
y disparar versos,
capaces de ser canciones
que rompan tanto silencio.

(Será poesía)

Lluevo como una garúa
constante y desprolija.
Me mojo.
Se me juntan las penas en el suelo
hasta formar pequeñas ventanas
por donde me escapo y alejo.

(Puntos de fuga)

Soy el silencio que baja del pecho
y va quemando todo,
El tiempo que promete la cura
pero que detuvo su paso,
la cabeza de mi niño
que aún espera por tu mano,
y este Año Nuevo
que me envejeció tanto.


(Huérfano)

No hay comentarios:

Publicar un comentario